Cuando nuestro sol consuma todo el hidrógeno que tiene, estos procesos no se pararán; no hay un botón de apagado. En vez de eso, lo que viene a continuación es más catastrófico; el núcleo de helio se colapsará sobre si mismo, alcanzando temperaturas extremas y ampliando su tamaño hasta lo que se conoce como una gigante roja. Un nombre muy apropiado, porque en este estado el Sol será tan grande que se tragará los planetas cercanos; es seguro que Mercurio y Venus serán “devorados” y es muy probable que la Tierra sufra la misma suerte.
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