Hace 6 años | Por --547986-- a labrujulaverde.com
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En el año 1939, ante el estallido de la Segunda Guerra Mundial y la sombra de la Alemania nazi cayendo sobre Francia, el primer ministro galo Édouard Daladier recibió en su despacho la insólita solicitud de incorporación al ejército para combatir en defensa de su país por parte de un exiliado. No estaba firmada por una persona cualquiera sino por uno de apellido bien conocido en la historia nacional: Bonaparte. El autor de la petición era nada menos que el príncipe Napoleón.