Sin su mejor amigo y más exitoso general, Marco Vipsanio Agripa, es bastante probable que Cayo Octavio nunca se hubiera convertido en César Augusto, el primer emperador del imperio romano. Agripa también es el responsable de que hoy podamos disfrutar de maravillas arquitectónicas como el Panteón de Roma o el teatro romano de Mérida, así que aquí va este homenaje a uno de los hombres más importantes y desconocidos de la Antigüedad
Comentarios
Por lo que leí, era un jodido sanguinario. Quien envió Augusto para doblegar a las tribus asturcántabras.