Hace 10 días | Por Andaui a coolt.com
Publicado hace 10 días por Andaui a coolt.com

Cuando se es pequeño y se envidian cosas como la libertad de los pájaros, cuesta comprender que exista algo como las fronteras. Sin embargo, de adulto, las fronteras resultan un concepto tan evidente, tan inscrito en la piel, que el pensamiento infantil resulta una estupidez. Mientras nuestros cuerpos y mentes envejecen, la escritora colombiana María Ospina Pizano (Bogotá, 1977) propone un ejercicio literario inverso, con rumbo a la visión no antropocéntrica de la infancia.