Hace 3 años | Por --564530-- a elmundo.es
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Hasta en las dinámicas sociales más enloquecidas existen personas capaces de mantener la cordura. Un carcelero del 'Stalag' de Görlitz, de apellido Brüll, poseía esta virtud y otra, el gusto por la música, que resultó crucial para la vida y la carrera de Olivier Messiaen. El compositor fue 'capturado' cuando ejercía de camillero, pues los problemas de visión le impedían combatir. El guardia melómano le proveyó de lo necesario y le dejó escribir una pieza que se estrenó en el propio campo con los oficiales nazis sentados en primera fila.