Hace 2 años | Por Deckardio a webxprs.com
Publicado hace 2 años por Deckardio a webxprs.com

En los primeros números de Micro Manía, una sección destacaba con luz propia, por meterle caña a los bodrios y decir las cosas por su nombre, y se llamaba, como no podía ser de otra manera, «Micro Fobia» (...) La pena, es que como era previsible, cuando la revista se consolidó en el mercado, las presiones publicitarias terminaron con gran parte de estos aires rebeldes, ya se sabe que no hay que morder la mano que te alimenta (...) En Micro Fobia, se daban cita artículos (...) incluso metiendo una caña asesina a algunos lanzamientos.

Comentarios

j

Qué grande la Micro!

Una revista, un programa, lo que sea, tiene secciones en las que se habla con libertad y se critica como lo haría cualquiera en su vida normal, llamando a las cosas por su nombre. Luego empiezan a llegar los billetes de la publicidad y llega el policorrectismo de mierda, generando un nuevo lenguaje que hace que los lectores sintamos que ya no se dirigen a nosotros. Por si no se dan cuenta los redactores, los niños no son gilipollas. Con 11 años leíamos a Leandro Fernández de Moratín y hacíamos comentarios de texto de todo tipo de obras.