Takahiro Iwasaki recrea paisajes en miniatura del que fuera motor industrial de la posguerra en Japón, Kawasaki. Siguiendo la leyenda del pintor Sesshu (1333–1573), quien se dice pinto un ratón hiperrealista con sus lágrimas, Iwasaki utiliza únicamente recursos mundanos para su obra. En este caso pelusas y vello humano.
Comentarios
espero que las hayan quitado las ladillas
es una guarrada, pero curioso de ver
La gente esta fatal,pero estan chulas.