El guionista del clásico de Ridley Scott quiso hacer sufrir al público del cine de terror de la época, aparentemente gozoso de contemplar sufrimientos de ficción impartidos en carnes femeninas, con dos escenas de violación fantástica de cuerpos masculinos. La resaca llegó en forma de imitaciones que daban nuevas formas a viejas inercias.
Afirmó que esta había nacido bajo el influjo de sus experiencias con la enfermedad de Crohn, o que le había inspirado un cómic de ciencia ficción. A la vez, explicaba que concibió el ciclo reproductor del xenomorfo como un comentario a algunas inercias del cine de terror. Si la contemplación del sufrimiento femenino era un pilar del género, O’Bannon intentó subvertir esas convenciones explotando el pánico masculino a la penetración.
Comentarios
Qué rica estaba la teniente Ripley.
#1 Esas braguitas níveas y diminutas forman parte de mis fantasías y sueños húmedos de pubertad.
Hay que ser muy retorcido, hasta el punto de la psicopatía, para hacer esa interpretación.
#2 Es el propio guionista el que lo dice.
Afirmó que esta había nacido bajo el influjo de sus experiencias con la enfermedad de Crohn, o que le había inspirado un cómic de ciencia ficción. A la vez, explicaba que concibió el ciclo reproductor del xenomorfo como un comentario a algunas inercias del cine de terror. Si la contemplación del sufrimiento femenino era un pilar del género, O’Bannon intentó subvertir esas convenciones explotando el pánico masculino a la penetración.