El clarinete formaba parte de las orquestas italianas no así en las austriacas por lo que Mozart se puso manos a la obra y durante su nueva breve estancia en Milán, compuso dos divertimenti al estilo popular del divertimento italiano. Ambos escritos en mi bemol y si bemol, teniendo dos clarinetes participación destacada, dialogando, de manera cómica, con los cornos ingleses, las trompas o el fagot.
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Mi bemol y si bemol, rompiendo el bulo de Altozano.