Hace 3 días | Por Andaui a coolt.com
Publicado hace 3 días por Andaui a coolt.com

El hogar del artista venezolano Carlos Enríquez-González (Caracas, 1968) es peculiar. En el jardín, da la bienvenida al visitante una boca más grande que una persona adulta, con dientes chuecos, una vagina y dos senos. Al otro lado hay una mano también de proporciones descomunales, con piernas y un ojo en uno de los dedos. Y aquí y allá se ven genitales femeninos con formas variadas, hongos que parecen proceder de un planeta distinto a la Tierra, cráneos multiformes y versiones variadas de Pinocho, Astroboy y Caperucita Roja, entre otros seres.