Hace 4 años | Por Izaga a theguardian.com
Publicado hace 4 años por Izaga a theguardian.com

Con un clima que cambia más rápido de lo que la mayoría de los cultivos pueden adaptarse y la seguridad alimentaria amenazada en todo el mundo, los científicos han encontrado esperanza en un museo vivo dedicado a un alimento básico que millones de personas comen diariamente: la humilde papa. En lo alto de los Andes peruanos, los agrónomos buscan el conocimiento ancestral de los agricultores para identificar cepas genéticas que podrían ayudar a los tubérculos a sobrevivir sequías, inundaciones y heladas cada vez más frecuentes e intensas.

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Cehona

Excepto con el genocidio irlandés de entre 1845 y 1849 por culpa de la patata.