Hace unos días la BVG, la empresa alemana de transporte decidió lanzar un proyecto piloto que consiste en poner «música atonal» (sic) en la estanción berlinesa de Hermannstrasse para invitar a «drogadictos» y dealers a que dejen de ocupar sus instalaciones. Los argumentos que esgrimen es que es una música incómoda que hará que no quieran estar por allí mucho tiempo.
De acuerdo en que asociar "música atonal" con "música fea" es un desbarre total, e igualmente desbarre es la ocurrencia de poner una cierta música para que cierta gente se vaya. La pena es que la respuesta tenga que tener necesariamente esa especie de enfoque woke que parece que tiene ("Estamos abiertxs a todxs los que quieran contribuir").
Aparte de eso, la historia me recuerda una viñeta de Forges que decía "desalojan una discoteca por una llamada anónima que avisaba de la colocación de un vals".
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De acuerdo en que asociar "música atonal" con "música fea" es un desbarre total, e igualmente desbarre es la ocurrencia de poner una cierta música para que cierta gente se vaya. La pena es que la respuesta tenga que tener necesariamente esa especie de enfoque woke que parece que tiene ("Estamos abiertxs a todxs los que quieran contribuir").
Aparte de eso, la historia me recuerda una viñeta de Forges que decía "desalojan una discoteca por una llamada anónima que avisaba de la colocación de un vals".
#Entartete_Musik, pero no en sentido figurado.