El 8 de noviembre de 1890 el buque británico HMS “Serpent” zarpó de Devonport, Plymouth, en la costa inglesa del Canal de la Mancha, con destino a Madeira y Sierra Leona, probablemente para carbonear. Un par de días antes había empezado a gestarse un temporal que afectaría de lleno la travesía del navío y le llevaría a la ruina en las cercanías del cabo Vilán, en el sector más agreste de la gallega Costa da Morte.
El impacto con los bajos de punta do Boy y los continuos embates del mar hicieron que solamente tres de los 176 tripulantes pudieran salvar la vida, Burton, Luxon y Gould. Curiosamente, o no, los tres llevaban salvavidas, ya que en aquellos tiempos no era obligatorio llevar uno por cada tripulante.
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El impacto con los bajos de punta do Boy y los continuos embates del mar hicieron que solamente tres de los 176 tripulantes pudieran salvar la vida, Burton, Luxon y Gould. Curiosamente, o no, los tres llevaban salvavidas, ya que en aquellos tiempos no era obligatorio llevar uno por cada tripulante.
Costa da Morte tan fermosa e tan letal.
y en mitad de la nada