Cuando Alejandro Magno se encontraba ya guerreando en Asia le llegaron noticias extrañas de su patria: su tutor Aristóteles había hecho públicas sus enseñanzas, aquellas mismas doctrinas con que había imbuido la mente y el alma del joven macedonio, permitiendo que todo el mundo pudiera conocerlas. La contrariedad de Alejandro queda recogida en la supuesta carta que inmediatamente le envió al filósofo, citada por Plutarco.
Comentarios
A mi me mola más la Academia Platónica de Atenas, que tenía escrito en la puerta : "Que no entre quien no sepa geometría. "