La animación a lo largo de su historia ha cargado con un doble estigma. Es acusada de ser un formato para niños y, por lo tanto, se tilda su contenido de ser poco serio o irrelevante. Una posición un tanto reduccionista como adultocentrista. Es evidente que existe una infinidad de obras animadas destinada a todo tipo de espectadores. El Gigante de Hierro, La Tumba de las Luciérnagas y el Pan de la Guerra son tres películas que exploran los efectos de la guerra en las infancias.
Comentarios
La Tumba de las Luciérnagas, eh?
Como te pille en horas bajas...no sales.
#1 Lo bueno es que no la vuelves a ver.
#2 Pero te la recuerdan para que tengas flashes de vez en cuando para que tengas una recaida.
#3 Si.
Estos de meneame son unos cavrone*.