Cuando has sido una niña con gafas y repipi desarrollas muy pronto un sexto sentido para saber cuál no es tu lugar, principalmente porque convives con el hecho de que, así de primeras, hay mucha gente a la que no le vas a gustar. Afrontémoslo sin acritud, los repipis nunca hemos caído bien. Es más: como crecí en los ochenta viendo en Verano azul cómo hacían escarnio de Piraña, me acostumbré a la idea de que ese lugar reservado para mí que todos soñamos con alcanzar de niños, es decir, un grupo de amigos con los que vivir aventuras en un pueblo
Comentarios
No sé que quiere decir con todo este articulo.
#1 que con lentillas y sin ser repelente con todo, hubiera sido aceptada por el mundo