Hace 1 año | Por Cuchipanda a pikaramagazine.com
Publicado hace 1 año por Cuchipanda a pikaramagazine.com

En la sección de “sucesos” de un programa matinal aparecían hace pocas semanas dos noticias de tintes sensacionalistas. La primera hablaba de un hijo que había matado a su padre y la segunda de un individuo que había pegado una paliza a otro y lo había dejado en coma. Las decisiones periodísticas en la presentación y comentario de ambos sucesos fueron las siguientes: en el primero de los casos el presunto parricida necesariamente debía tener “trastornos mentales” que justificaran su conducta, pero en el segundo caso no era necesario.

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Cuchipanda

Es más, para Valdecasas, se trata de “un mecanismo de defensa de la sociedad que, ante sucesos terribles, encuentra la fácil válvula de escape de la ‘locura’ como explicación de lo ocurrido, que evita ulteriores cuestionamientos”. Hacia la misma dirección apunta Janis Lago desde su condición de loca: “La locura cumple una función social”, “la sociedad, tal y como atiende al constructo de locura, necesita de ella”. Lago, exestudiante de psicología, carrera que abandonó por decisión política, se refiere a “la falacia del mundo justo”: “Los seres humanos necesitamos de creencias que contrarresten ciertas realidades desagradables, injustas y violentas”, por eso estamos más predispuestos “a concebir que las violencias no pueden ser explicadas mediante estructuras que actúan de forma desigual y que, además, gozan de legítimo poder para ello”.

D

#1 estás a cero coma, de recibir negativos
Aunque pienso como tú

D

Y falta:

A mi siempre me saludaba...