Yo no inventé la regla. La descubrí en una pequeña empresa, con rápido crecimiento y con mucho éxito, que implementa prácticas sencillas con resultados extraordinarios. Un día estaba almorzando con Dwight Cooper, un hombre alto, delgado y afable ex-jugador de baloncesto y entrenador que había pasado los últimos 10 años desarrollando y convirtiendo una compañía que él co-fundó, en una de las principales empresas de gestión de personal de enfermería en el mundo. La empresa de Dwight, PPR, había recibido varias menciones de honor en los medios
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