Miguel Ángel fue un destacado escultor de finales del siglo XV y principios del XVI. El Papa Julio II le pidió que pintara el techo de la Capilla Sixtina por sus magníficas esculturas. En un principio rechazó la oferta porque a Miguel Ángel no le gustaba pintar y sugirió que lo hiciera su joven rival Rafael. El Papa insistió. Miguel Ángel, amante de Dios y encargado de pintar uno de los lugares más sagrados del catolicismo, aceptó, pero lo negoció para poder hacerlo "a su manera" (y él solo). Era un amante de la forma con la que Dios...
Miguel Ángel ilustraría al maestro de ceremonias en el inframundo. Biagio De Cesana fue ridiculizado con descomunales orejas de burro y una serpiente enroscada al pecho y mordiéndole los testículos. El quisquilloso cardenal, que se reconocería al instante, protagonizaba el infierno en la Sixtina. De Cesana estaba aterrado al verse reflejado para toda la eternidad en el fuego del averno.
Nuevamente acudió al Pablo III, relatándole la humillación a su santísima persona. De Cesana le suplicaba que reprimiese al pintor, a lo que el Papa le respondió muy burlesco: «Si os hubiera enviado al Purgatorio, podría hacer algo, porque hasta allí llega mi poder para sacaros; pero en el infierno es imposible; de allí no se puede salir, hijo mío.»
... hizo a la humanidad, así que, a pesar de algunos ceños fruncidos por las altas esferas papales, añadió muchos desnudos. Fue una obra maestra y todo el mundo se enamoró del techo.
25 años después, el Papa Pablo III pidió a Miguel Ángel que pintara otra escena en una de las paredes. Miguel Ángel negoció un trato similar al anterior, en el que podría hacerlo a su manera y mostrar a muchas personas musculosas y desnudas tal y como Dios las trajo al mundo. El catolicismo estaba atravesando una época conservadora en ese momento, en la que a las estatuas antiguas se les rompían los pechos y, cuando era posible, se les añadían hojas de higuera. Por esta razón, Pablo encargó a su maestro de ceremonias, M.C Biagio Da Cesena, la supervisión de los trabajos.
A medida que pasaban los años y se iban conociendo los detalles, M. C. Biagio quedó horrorizado ante la cantidad de pollas que se exhibían. Escribió una carta bastante dura al Papa.
era muy deshonesto en un lugar tan honorable haber pintado tantas figuras desnudas que muestran tan deshonestamente sus vergüenzas y que no era una obra para una capilla del Papa sino para pucheros y tabernas
Los chivatos reciben puntos, como dice el refrán, y cuando la noticia llegaba invariablemente a Miguel Ángel, éste no podía dejarlo pasar. Representó a Minos, juez de los muertos del infierno, como Biagio, con una enorme serpiente que le rodeaba el cuerpo y mordía a su soldadito.
Biagio, furioso e incapaz de soportar semejante representación, se dirigió de nuevo a Pablo y le exigió que borrara su imagen del fresco.
Es probable que Pablo se hartara un poco de esto, y supuestamente señaló que una vez que alguien había sido condenado al infierno, ni siquiera el Papa podía ayudarle.
Irónicamente, todavía hoy se conoce y se habla de Biagio porque era un poco franela mojada.
Por desgracia para Miguel Ángel, 20 años después la iglesia decidió tapar la desnudez con hojas de higuera y otras cosas. Así permaneció hasta la década de 1980, hasta que los trabajos de restauración consiguieron deshacer casi la mitad de aquello.
TL:DR, Miguel Ángel pintó un montón de pitos, alguien se quejó, así que pintó su imagen en el fresco y mostró una serpiente mordiendo su coso.
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Miguel Ángel ilustraría al maestro de ceremonias en el inframundo. Biagio De Cesana fue ridiculizado con descomunales orejas de burro y una serpiente enroscada al pecho y mordiéndole los testículos. El quisquilloso cardenal, que se reconocería al instante, protagonizaba el infierno en la Sixtina. De Cesana estaba aterrado al verse reflejado para toda la eternidad en el fuego del averno.
Nuevamente acudió al Pablo III, relatándole la humillación a su santísima persona. De Cesana le suplicaba que reprimiese al pintor, a lo que el Papa le respondió muy burlesco: «Si os hubiera enviado al Purgatorio, podría hacer algo, porque hasta allí llega mi poder para sacaros; pero en el infierno es imposible; de allí no se puede salir, hijo mío.»
... hizo a la humanidad, así que, a pesar de algunos ceños fruncidos por las altas esferas papales, añadió muchos desnudos. Fue una obra maestra y todo el mundo se enamoró del techo.
25 años después, el Papa Pablo III pidió a Miguel Ángel que pintara otra escena en una de las paredes. Miguel Ángel negoció un trato similar al anterior, en el que podría hacerlo a su manera y mostrar a muchas personas musculosas y desnudas tal y como Dios las trajo al mundo. El catolicismo estaba atravesando una época conservadora en ese momento, en la que a las estatuas antiguas se les rompían los pechos y, cuando era posible, se les añadían hojas de higuera. Por esta razón, Pablo encargó a su maestro de ceremonias, M.C Biagio Da Cesena, la supervisión de los trabajos.
A medida que pasaban los años y se iban conociendo los detalles, M. C. Biagio quedó horrorizado ante la cantidad de pollas que se exhibían. Escribió una carta bastante dura al Papa.
era muy deshonesto en un lugar tan honorable haber pintado tantas figuras desnudas que muestran tan deshonestamente sus vergüenzas y que no era una obra para una capilla del Papa sino para pucheros y tabernas
Los chivatos reciben puntos, como dice el refrán, y cuando la noticia llegaba invariablemente a Miguel Ángel, éste no podía dejarlo pasar. Representó a Minos, juez de los muertos del infierno, como Biagio, con una enorme serpiente que le rodeaba el cuerpo y mordía a su soldadito.
Biagio, furioso e incapaz de soportar semejante representación, se dirigió de nuevo a Pablo y le exigió que borrara su imagen del fresco.
Es probable que Pablo se hartara un poco de esto, y supuestamente señaló que una vez que alguien había sido condenado al infierno, ni siquiera el Papa podía ayudarle.
Irónicamente, todavía hoy se conoce y se habla de Biagio porque era un poco franela mojada.
Por desgracia para Miguel Ángel, 20 años después la iglesia decidió tapar la desnudez con hojas de higuera y otras cosas. Así permaneció hasta la década de 1980, hasta que los trabajos de restauración consiguieron deshacer casi la mitad de aquello.
TL:DR, Miguel Ángel pintó un montón de pitos, alguien se quejó, así que pintó su imagen en el fresco y mostró una serpiente mordiendo su coso.
El enlace es una página espía porque quieren saber la edad que tengo:
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