Una historia que se repite cuando hablamos de la llegada de los seres humanos a otros continentes es la de los animales que escapan a nuestro control. Casos hay muchos, y gran parte de ellos tienen como escenario Oceanía, principalmente Nueva Zelanda y Australia. Por ejemplo, el del escribano ceríl (Emberiza citrinella), un pequeño pájaro que pasó de héroe a villano en muy poco tiempo. En un artículo recién publicado se cuenta la historia de cómo este ave de origen inglés llegó a Nueva Zelanda, qué problemas causó, y en qué ha quedado la cosa.
Comentarios
Buenos vecinos los neozelandeses.
Para empezar, impidieron el desembarco de más pájaros, bloqueando un cargamento en el puerto y enviándolo a Australia – donde también ha creado problemas.
Fácil, que lleven al bicho que se alimente de escribanos ceriles a Nueva Zelanda y arreglado.
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