Hace 6 meses | Por FatherKarras a latinta.com.ar
Publicado hace 6 meses por FatherKarras a latinta.com.ar

Hace 43 años Augusto Pinochet tomaba, fusta en mano, las riendas de Chile. El golpe de Estado contra Salvador Allende también quedó marcado a fuego en el fútbol. Por el repechaje rumbo a Alemania 74, la URSS se negó a jugar en un «estadio salpicado con la sangre de los patriotas chilenos». En una pantomima macabra, sin rival, La Roja ganó 1-0.

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La FIFA siempre ha mostrado su catadura moral

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Ocultando el horror: la vuelta a Santiago

La vuelta debía jugarse el 21 de noviembre en el Estadio Nacional de Santiago de Chile. Sin embargo, la dictadura le había dado otro uso a la sede deportiva. Allí se había montado el campo de concentración más grande del país. Los presos políticos se lucían en las tribunas del estadio esperando ser liberados. “Con el correr de los días las graderías se fueron despoblando: muchos libres, otros asesinados en las noches y un par de suicidas”, recuerda Gregorio Mena Barrales, quién estuvo detenido en el estadio y había sido gobernador de la localidad de Puente Alto por el Partido Socialista durante el gobierno de Allende.

Ante esta situación, la URSS, que había roto relaciones diplomáticas con Chile el 22 de septiembre de ese año, exigió jugar en una cancha neutral. Una comitiva de la FIFA viajó a Santiago para evaluar la situación. El vicepresidente de la federación Abilio D’Almeida, brasileño, y el secretario general Helmuth Kaeser, suizo se hicieron presentes el 24 de octubre para inspeccionar el Estadio Nacional de Santiago donde permanecían aún unos 7 mil detenidos.