Toda una orquesta sincronizada, y justo a la orden de su director, los tambores empiezan a rugir, y las trompetas y la descarga frenética del sonido, es su quinta sinfonía, es la obsesión, la pasión según Mahler.
Gracias! Me ha venido guai para trabajar. Soy tan moguer monguerisimo que el principio (los cinco primeros segundos) me hizo recordar el principio de la sintonía de Enano Rojo.
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Gracias! Me ha venido guai para trabajar. Soy tan moguer monguerisimo que el principio (los cinco primeros segundos) me hizo recordar el principio de la sintonía de Enano Rojo.