El documental estonio 'Kullaketrajad' explica el funcionamiento de la industria publicitaria soviética y de su gran creador, Peedu Ojamaa, que llegó a ser premiado en el festival de publicidad de Cannes. Todas las industrias estaban obligadas a gastarse un 1% de su presupuesto en publicidad y la agencia publicitaria que dirigía, la más importante, estaba obligada también por ley a no ganar dinero, de modo que se realizaron anuncios de objetos sin glamour, como tapas de váter, con presupuestos de Hollywood
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"su agencia, Eesti Reklaamfilm, era la más solicitada del país y, por ley, no podía dar beneficios. Pero también por ley, el resto de industrias tenían que entregarle un 1% de su presupuesto. En consecuencia, se les salía el dinero por las orejas y todo tenía que ir al presupuesto, de modo que a veces no quedaba más remedio que anunciar objetos de brillo dudoso gastándose dinerales hollywoodienses. El ejemplo que se nos cita no puede ser más elocuente: un spot de tapas de váter grabado en el desierto, con un montón de modelos rodeándola, la tapa del váter de última generacion, con impresionantes jeeps"