Una soleada tarde de 1563, en una remota aldea de la península de Yucatán, unos vecinos sorprenden a un adolescente desfogando su natural vigor juvenil con un pavo. La Inquisición no tomaba precisamente a broma la coyunda entre especies y el muchacho fue castrado en plaza pública y expulsado de la provincia pocos días después. Tampoco el pavo salió indemne, ya que, si bien había muerto poco después de ser forzado por el mozo.
Abogado famoso y reputado penalista, llegó al pintoresco extremo de defender elocuentemente a un grupo de ratas que fueron sometidas a juicio por la destrucción de la cosecha de cebada de la provincia. Miembro del Parlamento de Borgoña en 1525.
Comentarios
Desde entonces, para el desfogue, se exige que pese más que un pavo.
Esto es literatura de ficción, ¿no?
#1 Eso me pareció a mi también al principio, pero hay bibliografía, e investigando un poco por ejemplo sobre el abogado defensor de las ratas...
https://es.m.wikipedia.org/wiki/Barthélemy_de_Chasseneuz
Abogado famoso y reputado penalista, llegó al pintoresco extremo de defender elocuentemente a un grupo de ratas que fueron sometidas a juicio por la destrucción de la cosecha de cebada de la provincia. Miembro del Parlamento de Borgoña en 1525.