Riga, junto al mar Báltico. 29 de noviembre de 1898. El diplomático y escritor granadino Ángel Ganivet se suicida arrojándose por dos veces al agua casi congelada del río Dwina. Lo entierran en un perdido cementerio. Menos mal que un íntimo amigo, desde Madrid, pide que metan su cadáver en una caja metálica, pensando en el futuro. Su familia, sus paisanos y su país casi le olvidan. Vienen las guerras europeas y se le pierde el rastro a su tumba…Hasta que el corresponsal Enrique Domínguez queda bloqueado en Riga durante la Revolución Rusa.
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