Publicado hace 6 meses por AntwangMilner a historia.nationalgeographic.com.es

En 1498, un talentoso y prometedor escultor florentino de 23 años que había acudido a Roma a buscar fortuna recibió el encargo del cardenal francés Jean Bilhères de Lagraulas de, literalmente, realizar "la obra de mármol más hermosa que se haya visto en Roma" para decorar su tumba.

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El talento de Michelangelo es cautivador, ver la Capilla Sixtina bien vale pagar la entrada completa en los Museos del Vaticano. Y lo mismo ocurre con La Academia en Florencia, es una experiencia que va más allá de los sentidos, son dos visitas IMPRESCINDIBLES