Publicado hace 2 años por tiopio a introduccionalahistoriajvg.wordpress.com

Geremek aborda en este libro el tratamiento intelectual, social y político que la pobreza ha suscitado desde la época medieval hasta el siglo XIX. Y ello lo hace situándose al margen de la historia de las mentalidades —repudia los intentos de hacer historia de los sentimientos tan del gusto de algunos historiadores franceses y anglosajones— y de las polémicas sobre la cuestión religiosa —si hay que atribuir a los católicos o a los protestantes la paternidad de la beneficencia— apostando claramente por las explicaciones socioeconómicas.

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tiopio

La trayectoria del tratamiento de la pobreza la divide Geremek en cuatro tiempos: el medievo, los siglos XV-XVI, el siglo XVII y la época contemporánea desde el siglo XVIII. En la época medieval, se idealizó la pobreza, sobre todo desde los siglos XI-XII, otorgándole valores espirituales en el contexto de un modelo de vida ascético que convirtió a los pobres en necesarios o funcionales. La promoción de las Órdenes mendicantes es bien significativa. Los siglos XV-XVI, con los albores de la modernidad, introducen el principio de la desconfianza hacia el pobre con los primeros testimonios de la voluntad de control y organización administrativa de la pobreza, tanto desde el punto de vista católico buscando la articulación de la mala conciencia social, como desde el punto de vista protestante, como rechazo al ocio estéril, cuando no nocivo. París, Venecia e Yprès serían los primeros modelos de programas municipales que asumirían el problema de la pobreza. El siglo XVII fue el de la gran reclusión, como acertadamente denominó Foucault, el proceso de encerramiento y acotación del problema social de la pobreza, de que son testimonio las instituciones hospitalarias —que unían represión y caridad—, las casas de trabajo y las duras Leyes de Pobres inglesas. Con el siglo XVIII se abre la etapa de la centralización formal de los pobres, la utilización de los pobres como ejército de reserva industrial y su tratamiento filantrópico y malthusiano. Geremek matiza en su libro la variada tipología de la pobreza: rural y urbana, esta última mucho más polarizada socialmente; feudal y capitalista, la primera de las cuales incidía negativamente, sobre todo, en la forma del vagabundaje… La cuantifica en diversas áreas geográficas —con cifras oscilantes entre el 30 y el 40 por ciento—; determina su umbral, con criterios diversos desde el calorífico —la frontera estaría en torno a las 2.000 calorías— al presupuestario —pobre sería la familia media que consumiera más de la mitad del jornal en la ración alimenticia de pan diario—; y distingue magistralmente las teorías de los intelectuales preocupados por el problema de la pobreza de la praxis institucional al respecto. En conclusión, estamos ante un libro fundamental para el conocimiento del problema social de la pobreza pero, no desde una perspectiva victimista lacrimógena ni desde el fatalismo reaccionario de lo inevitable al que tan dados han sido los sociólogos americanos.