Al norte de Extremadura, entre Garrovillas y Navas del Madroño, cerca ya de la frontera con Portugal, se extendía un singular bosque de pino piñonero, único en toda esta comarca. Un día del año 1998, en pleno otoño, Pedro Pizarro, con su maroma al hombro, acudió durante algunos días al pinar para arrancarle el fruto a los árboles. Con mi cámara le acompañé durante su trabajo. Producido por Eugenio Monesma.
He cambiado ligeramente el título ya que en el original dice quemando y en el documental especifican que las piñas no pueden quemarse pues se arruinan los piñones. Se calientan con brasas ligeras para abrirlas inmediatamente, que podría sustituirse con varios días al sol.
Comentarios
He cambiado ligeramente el título ya que en el original dice quemando y en el documental especifican que las piñas no pueden quemarse pues se arruinan los piñones. Se calientan con brasas ligeras para abrirlas inmediatamente, que podría sustituirse con varios días al sol.
Esto del ligoteo con piñas se nos va de las manos.