Hace 5 años | Por --546793-- a etcetera.com.mx
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El personaje del pirata es bien conocido en la cultura popular. Existe una gran cantidad de libros (clásicos y contemporáneos) y películas del tema, basta con mencionar la famosa y multimillonaria saga de Disney, Los piratas del Caribe, que consta de cinco filmes (hasta ahora) que relatan la vida, obra y aventuras del capitán Jack Sparrow. En la literatura, el pirata aparece ya en la época clásica en algunas crónicas y documentos, pero la edad de oro de la piratería llegaría hasta los siglos XVI, XVII y XVIII con el imperialismo colonial

Comentarios

themarquesito

En un principio, los barcos iban y venían de acuerdo con sus intereses comerciales, pero la necesidad de defender las mercaderías españolas procedentes de América, tuvo su implacable argumento cuando Juan Florín, el pirata italiano al servicio de Francia, se apoderó de generosos obsequios robados que Cortés enviaba a España.

El corsario Juan Florín (como se le conocía en España) no está claro de dónde era. A veces se le hace italiano porque algunas fuentes españolas tienen el nombre escrito como Juan Florentín por transmisión errónea del nombre. Lo más aceptado es que era uno de tantos corsarios de Dieppe, en este caso al servicio del armador Jean Ango, de Dieppe. Según parece, Juan Florín se llamaba Jean Fleury o Jean Florin. A Fleury le pasó lo que a tantos otros corsarios y piratas cuando hacían una buena presa: su esperanza de vida pasó a ser extraordinariamente breve. Al cabo de unos años lo capturó Juan de la Rentería, ilustre marino de la Hermandad de las Marismas, e hijo de otro formidable capitán, Martín (o Matxín) de la Rentería. Las hazañas de padre e hijo se vieron premiadas con un curioso escudo de armas, concedido por Carlos V. Adjunto imagen del mismo: