Hace 4 años | Por doctoragridulce a jotdown.es
Publicado hace 4 años por doctoragridulce a jotdown.es

Nadie esperaba a Primo Levi (1919-1987) en su casa de Turín la jornada otoñal de 19 de octubre de 1945. Su familia, al ver el rostro barbudo y demacrado del recién llegado, su cuerpo enjuto, tardó mucho en reconocer al joven químico, al que llevaban más de dos años sin ver y del que no tenían ninguna noticia. En septiembre de 1943 se había echado al monte para unirse a un grupo de poco experimentados partisanos, con una pistola que no sabía ni disparar. Antes del final de ese año ya había sido capturado por una milicia fascista.