Hace 9 años | Por --136875-- a yorokobu.es
Publicado hace 9 años por --136875-- a yorokobu.es

Érase una vez, en tiempos de Juan II de Castilla, allá por el siglo XV, un judío converso que residía en Sahagún, provincia de León, y que estaba casado con una mujer llamada Catalina. De esta buena señora cuentan las crónicas que le gustaba tanto el arroz, que no solo lo consumía en abundancia, sino que iba por donde quiera que fuese predicando las bondades y excelencias de este cereal, recomendándolo incluso como panacea sanadora de cualquier tipo de dolencia. Pero, hete aquí que la buena Catalina, un buen día -o malo, según se mire-,...

Comentarios

maldia

Que si quieres transparencia, Mariano.

D

Si, pero con muchos guisantes... Muchos