Hace 6 años | Por Quinqui a yorokobu.es
Publicado hace 6 años por Quinqui a yorokobu.es

Con un máximo de tres plantas de altura en cada apoyanubes, el arquitecto argumentaba que, ya que el ser humano no puede volar, el movimiento horizontal que se produciría en su edificio es mucho más natural que el vertical dominante en los rascacielos. Además añadía que su propuesta iba a funcionar de manera eficaz ante una hipotética escasez de suelo, pues se creaba un nuevo plano habitable flotando en medio del aire.

Comentarios

anxosan

La elección entre verticalidad y horizontalidad también se topa con la dura lógica estructural y económica; y ahí suele ganar la verticalidad, por muy socialista que sea uno.