Hace 8 años | Por --432809-- a elespanol.com
Publicado hace 8 años por --432809-- a elespanol.com

A Nikita, una delincuente juzgada y condenada por asesinar a un policía, el Gobierno la convirtió en una auténtica máquina de matar. Más allá de su destreza física, la protagonista de la conocida película del mismo nombre (Luc Besson, 1990) tenía una cualidad y carecía de otra: ignoraba lo que era el miedo y le faltaba prudencia. Si los experimentos que publican este miércoles en Natureinvestigadores de la Universidad de Stanford pudieran replicarse en humanos, el filme cambiaría.