De toda la vida. Aún recuerdo el reproche de la cocinera a la aprendiz.: - No, no... así, no. Las cosas hay que hacerlas como Dios manda. Y... ¿ cómo manda Dios, hermana.? - Como digo YO.!
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De toda la vida.
Aún recuerdo el reproche de la cocinera a la aprendiz.:
- No, no... así, no.
Las cosas hay que hacerlas como Dios manda.
Y... ¿ cómo manda Dios, hermana.?
- Como digo YO.!