Publicado hace 2 años por doctoragridulce a elsaltodiario.com

No importa que nuestro modelo extractivista y expansionista haya dejado el planeta en las últimas, ni que el valor social de la mayoría de los empleos sea nulo. La ética del trabajo ha calado hasta el punto de que ni los ministros comunistas del actual gobierno recuerdan aquello de la alienación, ni el anhelo del viejo Marx por la consecución de una jornada laboral tendente a cero. ¿Cómo es posible que, en un sistema basado en el consumo, la figura del trabajador aún sea reivindicada por cierta izquierda como la quintaesencia del hombre cabal?

Comentarios

Starfucks

Leyendo el titular pensé que sería una oda dedicada a los meneantes que entramos durante nuestra jornada laboral roll

D

Basta traer a colación, aunque Weeks lo haga en otra parte del libro, que la jornada laboral de ocho horas responde al modelo un tercio para el trabajo, otro para el sueño y otro para el ocio porque daba por supuesto que, al volver a casa, el obrero contaba con una mujer que se había encargado de todo lo demás.

Aquí está el puto quid de la cuestión. Un horario concebido para una sociedad de hace un siglo donde la mujer era poco menos que la sirvienta del hombre que esperaba en casa. Ya por no hablar del abismo tecnológico y productivo.
Basta no tener un horario intensivo que no rebase las 8h (descansos incluidos) para empezar a tener bastantes problemas para cuadrar el ocio y la conciliación. Y no hablemos ya del horario partido que tendría que estar prohibido por ley.

100 años con el mismo mantra viejuno de "hay que trabajar 8h" y luego los que nos planteamos estas cosas somos bichos raros o directamente vagos por no querer ser una puta hormiguita más sin vida que come de táper y compra el fin de semana.