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#15:
http://www.publico.es/politica/franco-no-habria-ganado-guerra.html
Treinta y cinco años de dedicación continuada a la investigación hacen de Francisco Moreno Gómez uno de los historiadores españoles más solventes y rigurosos a lo largo de sus múltiples trabajos sobre los maquis, sobre la guerra y la represión en su provincia natal de Córdoba y ahora sobre la guerra pura y dura en un libro denso -Trincheras de la República. La gesta de una democracia acosada por el fascismo, editorial El Páramo- donde rinde homenaje a la cualificación y la combatividad de los soldados republicanos.
Moreno Gómez es catedrático de instituto ya jubilado y pertenece a esa importante saga de investigadores que ha tirado del carro de la historiografía al margen del academicismo universitario. Considera que las estimaciones sobre las víctimas tanto de la guerra en los combates como de la represión se quedan cortas porque sigue sin aflorar la cifra exacta de desaparecidos. "En los frentes de batalla pudieron morir no menos de 300.000 combatientes en toda España y, tan sólo en la provincia de Córdoba, he podido documentar casi 12.000 víctimas de esa catástrofe humanitaria causada por el golpe militar franquista. Pero son datos mínimos, el máximo no se sabrá nunca. De ahí la enorme importancia de investigar, como sugiere el Comité de Desapariciones Forzadas de la ONU".
No es habitual en la historiografía actual que se reconstruyan batallas, pero Francisco Moreno lo hace aportando mucha información, incluso planos de situación que facilitan el entendimiento sobre la evolución de las campañas bélicas. Una de ellas -no muy conocida- es la última gran batalla de la contienda española, que se libró entre las provincias de Córdoba y Badajoz, entre enero y febrero de 1939, cuando nadie dudaba ya de que la guerra civil estaba perdida para la República. En efecto, en la batalla de Córdoba-Extremadura intervinieron más de 160.000 combatientes (92.500 del ejército republicano y 72.000 del bando franquista). Hubo 30.000 bajas y 10.000 muertos: 8.000 militares republicanos y 2.000 sublevados. Moreno Gómez explica así el sentido de aquella postrera gran batalla: "Los republicanos rompieron el frente, lo que causó gran alarma en el cuartel general franquista. La República quiso demostrar que no se rendía dando ejemplo de coraje y dignidad". El historiador cordobés recuerda la clave de la victoria franquista y se muestra categórico: "Cuando las fuerzas se equiparaban, la ayuda extranjera de Hitler y Mussolini deshacía el empate. De no haber sido por la ayuda del Eje Roma-Berlín, Franco no gana la guerra. La cualificación y la combatividad de los republicanos no ha sido valorada en su justo término".
El autor se detiene en determinados episodios de la guerra civil como el que sigue a la caída de Málaga en poder de las tropas franquistas en febrero de 1937. La ciudad se convirtió en una auténtica ratonera, donde decenas y decenas de personas eran fusiladas cada noche en las tapias del cementerio de San Rafael, que alberga el segundo conjunto de fosas comunes más importante de Europa con casi 5.000 esqueletos, después de Sebrenica, en Bosnia Herzegovina. "Se organizaban matanzas de prisioneros todas las noches. Decían: A ver que salgan los de la celda 21 y cargaban el camión rumbo al cementerio". Pero no sólo eran asesinados los malagueños, sino también los andaluces llegados semanas y meses antes a una ciudad colapsada que duplicaba su población por la presencia masiva de refugiados huyendo de la represión rebelde. Moreno documenta bastantes ejemplos de llegadas de grupos de falangistas de pueblos del occidente andaluz en manos golpistas "que iban a cazar a sus paisanos", para detenerlos, llevárselos a sus localidades de origen y allí matarlos. "O por el camino de vuelta, como pasó con un grupo de republicanos de Morón, que fueron fusilados en La Puebla de Cazalla".
Las cien mil personas, en su mayoría civiles, que se encaminaron apresuradamente hacia Almería por la carretera de la Costa durante los días siguiente a la toma de Málaga, tenían plenamente justificados sus temores y padecieron el ataque continuado de los sublevados: por aire bombardeados y ametrallados por la aviación italiana y desde el mar cañoneados por la marina rebelde. El médico canadiense que auxilió con su ambulancia a cientos de huidos por aquella "carretera de la muerte" considera que aquello fue el mayor crimen de guerra en España, más que las matanzas de Badajoz y que el bombardeo de Guernica. "Estamos hablando de casi cinco mil muertos", comenta Francisco Moreno, aclarando que "en la República nunca se ametralló a los civiles que huían de los pueblos por miedo a la represión, cosa que el franquismo hizo masivamente en Málaga, pero también en 1938 en el cierre de la bolsa de La Serena y en Don Benito (Badajoz), y durante la evacuación de de Tarragona en enero de 1939, como bien recogió Robert Capa en sus fotos. Es la criminalidad de guerra de que se ocupa la justicia universal".
Otro aspecto de la guerra escasamente abordado en el que se detiene moreno Gómez es el de los "niños o hijos de la noche", un original fenómeno de grupos de guerrilleros que hacían peligrosas incursiones nocturnas al otro lado del frente, en la retaguardia enemiga para realizar acciones de sabotaje, para liberar detenidos, para robar ganado y víveres y para ataques sorpresa. "Formaron en todo el frente -dice Moreno Gómez- el 14º cuerpo guerrillero, estructurado y comandado por el jienense Domingo Hungría, que tenía su sede principal en Villanueva de Córdoba, con sedes también en Granada, Badajoz, Alcalá de Henares, y un centro de entrenamiento en Benimámet (Valencia)". Estos grupos de guerrillas, que progresivamente fueron recibiendo apoyo de técnicos extranjeros, principalmente soviéticos, efectuaron acciones de guerra importantes, como la voladura de un tren militar cargado de soldados italianos y la liberación de 300 presos republicanos en el fuerte de la localidad costera granadina de Carchuna. Los guerrilleros del frente sur (entre Córdoba y Extremadura) sumaron durante la contienda 239 sabotajes, 17 emboscadas, 6 incursiones, 87 trenes descarrilados, 112 vehículos destruidos y 2.300 bajas enemigas, entre muertos y heridos, con tan sólo 14 muertos propios, según precisa el investigador Francisco Moreno en su libro Trincheras de la República. Asegura que la voladora de un puente en la carretera de Peñarroya y Córdoba inspiró al mismísimo Hemingway para el argumento de su novela Por quién doblan las campanas.
Treinta y cinco años de dedicación continuada a la investigación hacen de Francisco Moreno Gómez uno de los historiadores españoles más solventes y rigurosos a lo largo de sus múltiples trabajos sobre los maquis, sobre la guerra y la represión en su provincia natal de Córdoba y ahora sobre la guerra pura y dura en un libro denso -Trincheras de la República. La gesta de una democracia acosada por el fascismo, editorial El Páramo- donde rinde homenaje a la cualificación y la combatividad de los soldados republicanos.
Moreno Gómez es catedrático de instituto ya jubilado y pertenece a esa importante saga de investigadores que ha tirado del carro de la historiografía al margen del academicismo universitario. Considera que las estimaciones sobre las víctimas tanto de la guerra en los combates como de la represión se quedan cortas porque sigue sin aflorar la cifra exacta de desaparecidos. "En los frentes de batalla pudieron morir no menos de 300.000 combatientes en toda España y, tan sólo en la provincia de Córdoba, he podido documentar casi 12.000 víctimas de esa catástrofe humanitaria causada por el golpe militar franquista. Pero son datos mínimos, el máximo no se sabrá nunca. De ahí la enorme importancia de investigar, como sugiere el Comité de Desapariciones Forzadas de la ONU".
No es habitual en la historiografía actual que se reconstruyan batallas, pero Francisco Moreno lo hace aportando mucha información, incluso planos de situación que facilitan el entendimiento sobre la evolución de las campañas bélicas. Una de ellas -no muy conocida- es la última gran batalla de la contienda española, que se libró entre las provincias de Córdoba y Badajoz, entre enero y febrero de 1939, cuando nadie dudaba ya de que la guerra civil estaba perdida para la República. En efecto, en la batalla de Córdoba-Extremadura intervinieron más de 160.000 combatientes (92.500 del ejército republicano y 72.000 del bando franquista). Hubo 30.000 bajas y 10.000 muertos: 8.000 militares republicanos y 2.000 sublevados. Moreno Gómez explica así el sentido de aquella postrera gran batalla: "Los republicanos rompieron el frente, lo que causó gran alarma en el cuartel general franquista. La República quiso demostrar que no se rendía dando ejemplo de coraje y dignidad". El historiador cordobés recuerda la clave de la victoria franquista y se muestra categórico: "Cuando las fuerzas se equiparaban, la ayuda extranjera de Hitler y Mussolini deshacía el empate. De no haber sido por la ayuda del Eje Roma-Berlín, Franco no gana la guerra. La cualificación y la combatividad de los republicanos no ha sido valorada en su justo término".
El autor se detiene en determinados episodios de la guerra civil como el que sigue a la caída de Málaga en poder de las tropas franquistas en febrero de 1937. La ciudad se convirtió en una auténtica ratonera, donde decenas y decenas de personas eran fusiladas cada noche en las tapias del cementerio de San Rafael, que alberga el segundo conjunto de fosas comunes más importante de Europa con casi 5.000 esqueletos, después de Sebrenica, en Bosnia Herzegovina. "Se organizaban matanzas de prisioneros todas las noches. Decían: A ver que salgan los de la celda 21 y cargaban el camión rumbo al cementerio". Pero no sólo eran asesinados los malagueños, sino también los andaluces llegados semanas y meses antes a una ciudad colapsada que duplicaba su población por la presencia masiva de refugiados huyendo de la represión rebelde. Moreno documenta bastantes ejemplos de llegadas de grupos de falangistas de pueblos del occidente andaluz en manos golpistas "que iban a cazar a sus paisanos", para detenerlos, llevárselos a sus localidades de origen y allí matarlos. "O por el camino de vuelta, como pasó con un grupo de republicanos de Morón, que fueron fusilados en La Puebla de Cazalla".
Las cien mil personas, en su mayoría civiles, que se encaminaron apresuradamente hacia Almería por la carretera de la Costa durante los días siguiente a la toma de Málaga, tenían plenamente justificados sus temores y padecieron el ataque continuado de los sublevados: por aire bombardeados y ametrallados por la aviación italiana y desde el mar cañoneados por la marina rebelde. El médico canadiense que auxilió con su ambulancia a cientos de huidos por aquella "carretera de la muerte" considera que aquello fue el mayor crimen de guerra en España, más que las matanzas de Badajoz y que el bombardeo de Guernica. "Estamos hablando de casi cinco mil muertos", comenta Francisco Moreno, aclarando que "en la República nunca se ametralló a los civiles que huían de los pueblos por miedo a la represión, cosa que el franquismo hizo masivamente en Málaga, pero también en 1938 en el cierre de la bolsa de La Serena y en Don Benito (Badajoz), y durante la evacuación de de Tarragona en enero de 1939, como bien recogió Robert Capa en sus fotos. Es la criminalidad de guerra de que se ocupa la justicia universal".
Otro aspecto de la guerra escasamente abordado en el que se detiene moreno Gómez es el de los "niños o hijos de la noche", un original fenómeno de grupos de guerrilleros que hacían peligrosas incursiones nocturnas al otro lado del frente, en la retaguardia enemiga para realizar acciones de sabotaje, para liberar detenidos, para robar ganado y víveres y para ataques sorpresa. "Formaron en todo el frente -dice Moreno Gómez- el 14º cuerpo guerrillero, estructurado y comandado por el jienense Domingo Hungría, que tenía su sede principal en Villanueva de Córdoba, con sedes también en Granada, Badajoz, Alcalá de Henares, y un centro de entrenamiento en Benimámet (Valencia)". Estos grupos de guerrillas, que progresivamente fueron recibiendo apoyo de técnicos extranjeros, principalmente soviéticos, efectuaron acciones de guerra importantes, como la voladura de un tren militar cargado de soldados italianos y la liberación de 300 presos republicanos en el fuerte de la localidad costera granadina de Carchuna. Los guerrilleros del frente sur (entre Córdoba y Extremadura) sumaron durante la contienda 239 sabotajes, 17 emboscadas, 6 incursiones, 87 trenes descarrilados, 112 vehículos destruidos y 2.300 bajas enemigas, entre muertos y heridos, con tan sólo 14 muertos propios, según precisa el investigador Francisco Moreno en su libro Trincheras de la República. Asegura que la voladora de un puente en la carretera de Peñarroya y Córdoba inspiró al mismísimo Hemingway para el argumento de su novela Por quién doblan las campanas.
#16:
Se resume en lo mismo que se puede resumir la dinámica política desde principios del siglo XX hasta la actualidad: la derecha se mantiene invariablemente unida y la izquierda se disgrega y se disgrega y se disgrega por un quíteme usted un plan quinquenal. Fácilmente se ve con la otra guerra civil que hubo entre comunistas, socialistas, anarquistas, troskistas, stalinistas, POUM y todas las siglas y vertientes que uno pueda imaginarse.
#24:
Seguro que fue porque no había unidad en la izquierda... que los comunistas le metieran un tiro por la espalda a todos los luchadores antifascistas que no aceptaron su puta dictadura y lucha enfermiza por el poder no creo que tuviera nada que ver
#17:
#13 Falso.Al menos al inicio de la guerra.
Lo que realmente marcó la diferencia fue que mientras los franquistas tenían claro su objetivo ultimo, lo republicanos se perdieron en sus objetivos particulares.
Para los anarquistas ,por poner solo un ejemplo,era tan importante, si no más, llevar a cabo sus ideales en los territorios por ellos controlados ,que vencer a los sublevados.
Añade a comunistas,socialistas,nacionalistas... y tendrás una derrota.
El ejemplo que pone en el artículo respecto de los mineros británicos resulta clarificante en cuanto a la diferencia de visión y actitud.
Ellos vencieron.
Lo que realmente marcó la diferencia fue que mientras los franquistas tenían claro su objetivo ultimo, lo republicanos se perdieron en sus objetivos particulares.
Para los anarquistas ,por poner solo un ejemplo,era tan importante, si no más, llevar a cabo sus ideales en los territorios por ellos controlados ,que vencer a los sublevados.
Añade a comunistas,socialistas,nacionalistas... y tendrás una derrota.
El ejemplo que pone en el artículo respecto de los mineros británicos resulta clarificante en cuanto a la diferencia de visión y actitud.
Ellos vencieron.
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http://www.publico.es/politica/franco-no-habria-ganado-guerra.html
Treinta y cinco años de dedicación continuada a la investigación hacen de Francisco Moreno Gómez uno de los historiadores españoles más solventes y rigurosos a lo largo de sus múltiples trabajos sobre los maquis, sobre la guerra y la represión en su provincia natal de Córdoba y ahora sobre la guerra pura y dura en un libro denso -Trincheras de la República. La gesta de una democracia acosada por el fascismo, editorial El Páramo- donde rinde homenaje a la cualificación y la combatividad de los soldados republicanos.
Moreno Gómez es catedrático de instituto ya jubilado y pertenece a esa importante saga de investigadores que ha tirado del carro de la historiografía al margen del academicismo universitario. Considera que las estimaciones sobre las víctimas tanto de la guerra en los combates como de la represión se quedan cortas porque sigue sin aflorar la cifra exacta de desaparecidos. "En los frentes de batalla pudieron morir no menos de 300.000 combatientes en toda España y, tan sólo en la provincia de Córdoba, he podido documentar casi 12.000 víctimas de esa catástrofe humanitaria causada por el golpe militar franquista. Pero son datos mínimos, el máximo no se sabrá nunca. De ahí la enorme importancia de investigar, como sugiere el Comité de Desapariciones Forzadas de la ONU".
No es habitual en la historiografía actual que se reconstruyan batallas, pero Francisco Moreno lo hace aportando mucha información, incluso planos de situación que facilitan el entendimiento sobre la evolución de las campañas bélicas. Una de ellas -no muy conocida- es la última gran batalla de la contienda española, que se libró entre las provincias de Córdoba y Badajoz, entre enero y febrero de 1939, cuando nadie dudaba ya de que la guerra civil estaba perdida para la República. En efecto, en la batalla de Córdoba-Extremadura intervinieron más de 160.000 combatientes (92.500 del ejército republicano y 72.000 del bando franquista). Hubo 30.000 bajas y 10.000 muertos: 8.000 militares republicanos y 2.000 sublevados. Moreno Gómez explica así el sentido de aquella postrera gran batalla: "Los republicanos rompieron el frente, lo que causó gran alarma en el cuartel general franquista. La República quiso demostrar que no se rendía dando ejemplo de coraje y dignidad". El historiador cordobés recuerda la clave de la victoria franquista y se muestra categórico: "Cuando las fuerzas se equiparaban, la ayuda extranjera de Hitler y Mussolini deshacía el empate. De no haber sido por la ayuda del Eje Roma-Berlín, Franco no gana la guerra. La cualificación y la combatividad de los republicanos no ha sido valorada en su justo término".
El autor se detiene en determinados episodios de la guerra civil como el que sigue a la caída de Málaga en poder de las tropas franquistas en febrero de 1937. La ciudad se convirtió en una auténtica ratonera, donde decenas y decenas de personas eran fusiladas cada noche en las tapias del cementerio de San Rafael, que alberga el segundo conjunto de fosas comunes más importante de Europa con casi 5.000 esqueletos, después de Sebrenica, en Bosnia Herzegovina. "Se organizaban matanzas de prisioneros todas las noches. Decían: A ver que salgan los de la celda 21 y cargaban el camión rumbo al cementerio". Pero no sólo eran asesinados los malagueños, sino también los andaluces llegados semanas y meses antes a una ciudad colapsada que duplicaba su población por la presencia masiva de refugiados huyendo de la represión rebelde. Moreno documenta bastantes ejemplos de llegadas de grupos de falangistas de pueblos del occidente andaluz en manos golpistas "que iban a cazar a sus paisanos", para detenerlos, llevárselos a sus localidades de origen y allí matarlos. "O por el camino de vuelta, como pasó con un grupo de republicanos de Morón, que fueron fusilados en La Puebla de Cazalla".
Las cien mil personas, en su mayoría civiles, que se encaminaron apresuradamente hacia Almería por la carretera de la Costa durante los días siguiente a la toma de Málaga, tenían plenamente justificados sus temores y padecieron el ataque continuado de los sublevados: por aire bombardeados y ametrallados por la aviación italiana y desde el mar cañoneados por la marina rebelde. El médico canadiense que auxilió con su ambulancia a cientos de huidos por aquella "carretera de la muerte" considera que aquello fue el mayor crimen de guerra en España, más que las matanzas de Badajoz y que el bombardeo de Guernica. "Estamos hablando de casi cinco mil muertos", comenta Francisco Moreno, aclarando que "en la República nunca se ametralló a los civiles que huían de los pueblos por miedo a la represión, cosa que el franquismo hizo masivamente en Málaga, pero también en 1938 en el cierre de la bolsa de La Serena y en Don Benito (Badajoz), y durante la evacuación de de Tarragona en enero de 1939, como bien recogió Robert Capa en sus fotos. Es la criminalidad de guerra de que se ocupa la justicia universal".
Otro aspecto de la guerra escasamente abordado en el que se detiene moreno Gómez es el de los "niños o hijos de la noche", un original fenómeno de grupos de guerrilleros que hacían peligrosas incursiones nocturnas al otro lado del frente, en la retaguardia enemiga para realizar acciones de sabotaje, para liberar detenidos, para robar ganado y víveres y para ataques sorpresa. "Formaron en todo el frente -dice Moreno Gómez- el 14º cuerpo guerrillero, estructurado y comandado por el jienense Domingo Hungría, que tenía su sede principal en Villanueva de Córdoba, con sedes también en Granada, Badajoz, Alcalá de Henares, y un centro de entrenamiento en Benimámet (Valencia)". Estos grupos de guerrillas, que progresivamente fueron recibiendo apoyo de técnicos extranjeros, principalmente soviéticos, efectuaron acciones de guerra importantes, como la voladura de un tren militar cargado de soldados italianos y la liberación de 300 presos republicanos en el fuerte de la localidad costera granadina de Carchuna. Los guerrilleros del frente sur (entre Córdoba y Extremadura) sumaron durante la contienda 239 sabotajes, 17 emboscadas, 6 incursiones, 87 trenes descarrilados, 112 vehículos destruidos y 2.300 bajas enemigas, entre muertos y heridos, con tan sólo 14 muertos propios, según precisa el investigador Francisco Moreno en su libro Trincheras de la República. Asegura que la voladora de un puente en la carretera de Peñarroya y Córdoba inspiró al mismísimo Hemingway para el argumento de su novela Por quién doblan las campanas.
#15 Vaya!, no lo conocía http://es.wikipedia.org/wiki/XIV_Cuerpo_de_Ej%C3%A9rcito_Guerrillero
Gracias
Muy acertado.
Y con razones de fondo que explican porque la izquierda nunca vence en España.
Desunión y ombligismo.
#11 Clara inferioridad militar.
#13 Falso.Al menos al inicio de la guerra.
Lo que realmente marcó la diferencia fue que mientras los franquistas tenían claro su objetivo ultimo, lo republicanos se perdieron en sus objetivos particulares.
Para los anarquistas ,por poner solo un ejemplo,era tan importante, si no más, llevar a cabo sus ideales en los territorios por ellos controlados ,que vencer a los sublevados.
Añade a comunistas,socialistas,nacionalistas... y tendrás una derrota.
El ejemplo que pone en el artículo respecto de los mineros británicos resulta clarificante en cuanto a la diferencia de visión y actitud.
Ellos vencieron.
#17 http://www.publico.es/politica/franco-no-habria-ganado-guerra.html
#18 Puede ser.
Ahora,¿la habría perdido la república si hubiera tenido unión dentro de sus filas?
Yo creo que ni con la ayuda de Hitler y Musso hubiera podido ganar la guerra Franco.
#23 Pues yo opino lo contrario,no me creo la versión de los fachas , lo que esta claro es que Franco tenia superioridad militar y economica, y aún asi los milicianos casi les aguan la fiesta.
#26 "versión facha" ¿qué fumas?
La república no estaba unida y Es un hecho induscutible. Cada uno iba por su lado por no hablar de la falta de experiencia en combate, no sabían usar los tanques rusos hasta tal punto que el banda nacional acabó con más tanques rusos que ellos. Por no hablar de que muxhas de las armas vendidas por los rusos estaban obsoletas Y muchas fueron usadas en la 1a guerra mundial.
la conclusion del articulo sobre el aprendizaje que se puede sacar de la guerra civil española esta de rabiosa actualidad.
#26 Al reves, no se jugaron las cartas al inicio. Y tampoco el resto de la guerra.
#17 Los anarquistas formaron su revolución, pero esto no significa que se organizaran contra la república, su enemigo eran los golpistas, el fascismo. Aunque se hubieran diferenciado como un bando diferente, la República tenía que haberlos considerado como aliados y no como enemigos. Según Orwell, es la República la que falló provocando una guerra interna que solo sirvió para debilitar el ejército republicano.
#25 ¿Acaso no es eso lo que digo?
#27 Para los anarquistas lo importante era vencer al fascismo.
#28 No nos centremos en los anarquistas.Era solo un ejemplo.
El asunto es que en el bando republicano no era la unión en el objetivo final lo que primó.
Quizá incluso con ella hubieran perdido. Pero si que,la falta de ella,fue definitiva en la derrota.
Se resume en lo mismo que se puede resumir la dinámica política desde principios del siglo XX hasta la actualidad: la derecha se mantiene invariablemente unida y la izquierda se disgrega y se disgrega y se disgrega por un quíteme usted un plan quinquenal. Fácilmente se ve con la otra guerra civil que hubo entre comunistas, socialistas, anarquistas, troskistas, stalinistas, POUM y todas las siglas y vertientes que uno pueda imaginarse.
#16 Estas seguro que en el bando fascista no hubo divisiones y rencillas? lo que pasa es que esas cosas no se cuentan.
#20 ¿Pero no era que Franco se había cargado a Mola y a Sanjurjo?
Rencillas seguro que hubo, divisiones quizá no tantas aunque treinta y nueva años de censura y férreo control de las universidades, los medios de comunicación y de la historia pudieron lograr que no llegara ser vox populi.
Aquí estoy dispuesto a que me digas porque la explicación sobre el profesor ha sido de lo más interesante.
Seguro que fue porque no había unidad en la izquierda... que los comunistas le metieran un tiro por la espalda a todos los luchadores antifascistas que no aceptaron su puta dictadura y lucha enfermiza por el poder no creo que tuviera nada que ver
Tambien ayudo que en el bando nacional murieran Sanjurjo y Mola, dejando todo el poder para Franco y evitando guerras internas, las mismas que acabaron con los republicanos, que no tenian muy claro si el enemigo eran los nacionales, o sus "compañeros" republicanos.
La guerra empezó con 2 bandos y acabó con 3, y de estos 3 ninguno era la 2ª república.
Porque se mataban entre ellos.
Porque ganaron los otros.
No hubo vencidos ni vencedores, todos los españoles perdieron. Fue una guerra entre hermanos y aun seguimos recordándolo como si fuese algo digno de recordar.
#7 Cualquier cosa que no sea lo que pone en el panfleto que él ha enviado le va a parecer mal.
Recapitulando, el Ejercito de Africa,La Legión Condor de Hitler,la ayuda de Mussolini, la no intervención de los supuestos demócratas (Francia,Gran Bretaña,USA,ect) que en realidad entorpecierón el suministro de armas que llego de la Unión Sovietica,mas la ayuda finaciera de los banqueros y demas chusma capitalista.
Bastante aguantaron los milicianos comunistas y anarquistas.
No debe confundirse república con gobierno de la república, llamado frente popular, que eran unos auténticos gañanes.
Tirar de un arado lo hubiesen hecho mejor que dirigir un levantamiento querido y desado a más no poder y que iniciaron en el 34. 
Lo dicho, auténticos gañanes que sustituyeron a los profesionales militares por sus comisarios inútiles e ineptos. Y por lo que se ve siguen en la línea. 
#12 "teseolvida" que tuvieron todo el oro del banco de España, el 4º mundial por su valor e infinitamente superior a los banqueros privados que ayudaron a paquito.
No se si dice algo de la Legión Condor,de Mussolini y de los banqueros e industriales que les financiarón el golpe de Estado.
#3 Esa es la parte que sabe repetir la mayoría.
#4 Me parece bastante incompleto el resumen, tuvieron la suerte de que la URSS no estaba detras de los Pirineos, si no cuatro milicianos le hubieran ganado al glorioso ejercito de Franco.
#4 La Legión Condor , te parece poco?
#35 Pero no has aportada nada, te has dedicado a criticar al bando nacional con toda la razón del mundo y está claro que no entramos en la II Guerra Mundial porque Franco no tenía medios.
#7 Para nada, sólo digo que basta de repetir que Franco ganó la guerra sólo por la ayuda exterior. También si quieres puedes añadir que EEUU suministraba combustible al bando nacional desde el primer día.
#3 y los curas que hicieron propaganda del fascismo desde el minuto cero de la reṕublica, y apología del golpismo
El post es del 2006 pero la subo por la cercanía del final de la Guerra Civil el 1 abril y me parece que es un buen análisis.
#1
Tiene razón en algunos planteamientos, pero tiene errores de consideración....
El artículo habla de la desconfianza de la ciudadanía, el pueblo no se fiaba del ejercito, porque el ejercito nunca fue del pueblo, sino de las oligarquías, algo que todos conocemos aun hoy!!!.
No se nos tiene que olvidar que los que se levantaron contra España fueron militares (aunque mandados por la oligarquía). Además, aunque los términos cuantitativos de fuerzas militares repartidas por España puedan parecer igualitarios, lo cierto es que en el bando republicano nada tenía que ver la organización, ya que no existió planificación previa!!! fue un navajazo por la espalda!!!! que no les habría servido de nada si no hubiese sido por la ayuda NAZI, aun así y con todo en contra, la II República aguantó durante 3 años. Esta guerra fue concebida, planeada, meditada y ejecutada como una limpieza de sangre rápida.
En un primer momento la campaña fue pensada para entrar desde Africa y machacar a cuchillo sin hacer enemigos, confiados en la sumisión del pueblo..., y creando el pánico suficiente para entrar en un Madrid triunfalmente tras un par de meses de paseo hasta una Capital rendida a los pies del nuevo dictador fascista europeo. Pero no fue así, los españoles lucharon y murieron durante tres años y eso fue lo que nos condujo a la posterior limpieza de sangre ejecutada por Franco, sobre todo, durante los primero 10 años de dictadura.
Personalmente pienso que la IIGM empezó en España, y que si no continuamos en guerra tras 1939 solo fue porque España quedó reducida a cenizas...
Ahora empiezo a entender.
#guerraeterna
Gran análisis; a Franco se le podía controlar al principio, pero con Durruti se cuentan batallitas pero no se ganan guerras.
Por no hacer la revolución a la vez que la guerra como si hicieron los rusos. La consigna esa de hacer la guerra y luego la revolución era un camino abonado al fracaso.