Hace 1 año | Por autonomator a eldiario.es
Publicado hace 1 año por autonomator a eldiario.es

Amalia Avia no tenía miedo a las fotografías. Las usaba y las guardaba. Las escondió, pero jamás las destruyó. El día que Rodrigo se presentó con varias cajas de zapatos, y alguna de bombones, repletas de esas fotografías que habían servido a su madre para hacer pintura la realidad, Estrella de Diego cambió el sentido narrativo de la exposición.La ciudad de Amalia Avia está basada en hechos reales, pero lejos de la realidad.