La aldea de El Rocío, en el término del municipio onubense de Almonte, tuvo unos orígenes que no puede decirse que fuesen memorables. El enclave surgió mucho después que la ermita, fue poco menos que una zona marginal y su despegue definitivo no se produjo precisamente al amparo de la popular imagen de la patrona almonteña, sino que la cosa fue mucho más prosaica: el estirón lo dio gracias a la carretera que en los años 50 del pasado siglo se construye para facilitar el acceso a la playa en la que estaba empezando a nacer lo que hoy es Matalas
Comentarios
A la carretera, a los analfabetos, a la idolatria, al fanatismo religioso, etc.
#1 hombre, lo que viene a decir el artículo, es que mucha idolatría, mucho fervor religioso, pero si no hubiera sido por la carretera que llevaba a la playa se habían comido los mocos, muy cristianamente, eso si
#1 Llamas analfabetas a unas personas con unas creencias religiosas diferentes a las tuyas, y te creerás superior a ellos.
Conozco médicos, enfermeros y auxiliares, mecánicos, administrativos y tapiceros (por poner unos ejemplos) que son devotos del Rocío, pero es más fácil generalizar y llamarles analfabetos.
#3 El Rocío es un escenario para gente de dinero, con un gasto deproporcionado que poco tiene que ver con la religión.
Solo hay que ver las noticias de caballos muertos de agotamiento o la gente tirándose encima para besar
a la virgen.
#3 No he dicho que toda esa gente sea analfabeta, bueno los tapiceros podrian ser, pero el resto necesita ser alfabetizado para conseguir sus trabajos. No me creo superior a nadie, solo constato unos datos objetivos frente a otros imaginados...
#1 Una pena que no lo hubieras dicho antes, y estos analfabetos no lo harían.
#5 Antes, cuando? Antes de nacer?
#8 Antes de las elecciones.
Bueno, mi abuela, que en paz descanse, siempre me dijo que si no hubiera alcohol y drogas en el camino, no iba nadie