Publicado hace 3 años por pinaveta a historia.nationalgeographic.com.es

Convertido en un veterano de la Primera Guerra Mundial, el joven Strunk entabló una sólida amistad con el líder del incipiente Partido Nazi a principios de 1920. De esa amistad llegaría un primer puesto en el principal periódico de difusión nazi y, más adelante, una brillante trayectoria como corresponsal-espía al servicio del mismísimo Führer.