Publicado hace 9 años por sergio_atreides a portalclasico.com

Durante toda la historia los gobernantes, monarcas, emperadores y poderosos en general se han cuidado de que su comida o bebida estuviera en buenas condiciones. Pero ¿y si eran ellos mismos los que se envenenaban día a día sin darse cuenta? Y es que el vino en Roma tenía una alta concentración de acetato de plomo, potente fungicida que en pequeñas dosis diarias acaba siendo mortal.

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