Un mundo en el que la fama fuese desdeñada como un estorbo. Un mundo en el que la gente no aspirase a que las cámaras de televisión exhibieran sus vidas las 24 horas o a dejar constancia de cada desayuno en las redes sociales. Un mundo en el que los artistas no firmaran sus obras y ocultaran sus rostros. En ese mundo Jerome David Salinger se habría expuesto de forma impúdica, habría corrido tras el chasquido de los flashes, habría concedido entrevistas a todas horas, y su cara habría decorado los laterales de los autobuses.
Comentarios
No creo... Más bien intuyo que Salinger conocía de antemano el agridulce sabor de la fama y optó por el aislamiento.
Propongo una biografía de Salinger bastante buena:
“J. D. Salinger. Una vida oculta”
Kenneth Slawenski
Círculo de Lectores-Galaxia Gutenberg
557 pg.
ISBN: 9788481098877
https://oportunitatsisaldos.blogspot.com/2018/09/j-d-salinger-una-vida-oculta.html