Pocos días antes de morir, Ezequiel Córdoba le dijo a Salvador Alvarenga: “Dile a mi mamá que estoy triste de no poder decirle adiós y que no debe hacer más tamales para mí. Me he ido con Dios”. Alvarenga le dijo que no iba a morir y le pidió que, si era él el que moría, fuera a El Salvador a darle la noticia a la suya. Los dos hombres sellaron el pacto.
Comentarios
vaya mierda de web que me pide hacer una encuesta si quiero leer la noticia.
#1 Lo cerrare y buscaré de otra web, desde la pc de escritorio no pide nada...
#2 Se agradeceria.
#3 Ya la busco a ver que tal