Hace 2 años | Por Andaui a ctxt.es
Publicado hace 2 años por Andaui a ctxt.es

¿Siguen teniendo importancia los sellos musicales? ¿Importa el rastro, la historia, la marca que dejan ciertos catálogos? ¿Se conservan esos archivos y fondos musicales? ¿Cómo tratamos nuestra cultura, nuestras raíces?

Comentarios

Nova6K0

En la primera década de los 2000 triunfaba la piratería musical por lo que se vendían menos cds y discos

Eso era más bien la excusa, fuera del Napster. La realidad es que muchos autores aficionados, ya empezábamos a ver un poco la luz, yo de aquellas no lo iba a ser (de hecho autor, al menos de poner mi música en Internet, lo llevo siendo hace solo cuatro años), pero sé mucha gente que sí. Esto ya empezaba a hacer tambalearse el monopolio de la industria discográfica, estaban empezando a perder el triple monopolio que tenían (creación, copia, y distribución). Primero solo podían entrar a una discográfica las personas que tuviesen el dinero suficiente para pagarse al menos una sesión, lo que dejaba fuera al todo cielo, realmente. Y luego el problema de las discográficas es que te hacen un contrato, donde básicamente renuncias a tus derechos. Ya que luego todo lo que quieras hacer con tus canciones, tienes que pedírselo a ellas. Yo como fuera del tema de mi defensa por la cultura libre, nunca tragué que me dijesen lo que tengo que hacer, ni en sueños estaría en una discográfica. Y probablemente, ni en sueños estaré en una editorial, cuando saque mi novela. Al menos no"mainstream".

Para mí sinceramente, los sellos discográficos los necesitan aquellas personas que por miedo, ignorancia, o clasismo, no saben hacer de la o un canuto en Internet. Son esas personas que están acostumbradas a que se lo hagan todo, y por eso necesitan una discográfica. De la misma forma que si no saben cantar, necesitan que les armonicen la voz usando autotune y similares. Como encima también lo pueden usar en directo, gracias a una versión especial del autotune, pues nadie o casi nadie saben lo mal que cantan.

Son más los lloros de una industria clásica que tarde o temprano desaparecerá. Y es que además cuantos menos intermediarios mucho mejor, tanto para artistas como fans y público, en general. La suerte que tienen ahora es que por ignorancia de los políticos siguen haciendo leyes de propiedad intelectual, según mande el lobby del copyright que forman, pero cuando eso cambie, a ver que pasa.

Saludos.