Ser profesaurio representa saber de su asignatura, creer en que los mejores docentes son los que más saben y cuestionarse siempre qué es lo mejor para dar clase. Sabe que la clase magistral no es leer el libro de texto. Tampoco se apuntan a ninguna moda por el hecho de ser más o menos mediática. Escapan de los cursos de (de)formación acerca de metodologías mágicas y se intentan apoyar en evidencias científicas. No son tecnófobos ni tecnófilos. Entienden la bajada de ratios como una necesidad y respetan sus derechos laborales y de los otros trab
Comentarios
Lo que quiere decir realmente este parrafo...
Pues en la actualidad ser profesaurio representa saber de su asignatura, creer en que los mejores docentes son los que más saben y cuestionarse siempre qué es lo mejor para dar clase. Sabe que la clase magistral no es leer el libro de texto. En muchos casos son los que más huyen de los libros de texto (salvo para apoyo puntual) y más elaboran sus propios materiales. Tampoco se apuntan a ninguna moda por el hecho de ser más o menos mediática. Escapan de los cursos de (de)formación acerca de metodologías mágicas y se intentan apoyar en evidencias científicas, teniendo en cuenta la limitación de las mismas al tratarse el ámbito educativo de un ámbito social.
Los profesaurios solo creen en la clase magistral porque se creen que son los que más saben y lo tienen que demostrar. Pasan de probar otros posibles métodos de aprendizaje, incluidos los basados en evidencia científica, porque no creen en el aprendizaje si no en la transferencia de conocimiento del que sabe al que no sabe. Se han dado cuenta que para escuchar una clase magistral ya está Internet, donde sus alumnos no tienen problema para encontrar a otro que sabe mucho más que el profesaurio y además lo explica mucho mejor, por eso reniegan de la tecnología porque supera su arcaica manera de enseñar.
como echo de menos esa libreta de hojas amarillentas que era más vieja que todos los alumnos de la universidad, y que el profesor seguía al pie de la letra todos los años.
Quién necesita más...