Hace 2 días | Por blodhemn a abc.es
Publicado hace 2 días por blodhemn a abc.es

«Basta con detenerse unas fracciones de segundo en un vídeo para que el algoritmo entienda que te agrada». El secreto está en la dopamina, el neurotransmisor que nos da la felicidad. Los virales producen un placer rápido que caduca casi al instante y hacen que el usuario quiera más y se enganche. El algoritmo es uno de los principales placeres culpables del siglo XXI, ese concepto traducido del inglés 'guilty pleasure': el disfrute de algo que, aunque proporciona satisfacción, también puede generar una sensación de culpa o vergüenza.