En el pueblo de Carabanzo, Asturias, un niño con iniciativa pone en marcha su propio huerto. Es un trabajo constante que da frutos a largo plazo y a Cristian le gusta ver crecer sus plantas, cuidarlas y recolectarlas. Desea que llegue el verano para dedicarse más al cuidado de su huerto y su imaginación sueña con ampliarlo y criar animales, pero el tiempo no transcurre tan despacio cuando se tienen 13 años.
Comentarios
Como siempre que se muestra la cultura de la mi tierrina, ¡meneu!
El asturiano, esa lengua inventada y muerta. Claro, claro...