Hace 3 años | Por ccguy a yorokobu.es
Publicado hace 3 años por ccguy a yorokobu.es

«Pasamos por la frutería que aún luce su cartel con azulejos pintados, encargado en su día a un artista de Manises, el cual anuncia el nombre de la fundadora de la tienda. Junto a esta, justo en la esquina, asoma el letrero de un bar con grandes cristaleras donde ofertan con letra manuscrita sus novedades y platos estrella, los cuales llevan más de 10 años sin renovar, ya clásicos del almuerzo del barrio…»