Durante años, acceder a estudios científicos implicaba pagar costosas suscripciones a revistas especializadas. Pero llegó una idea que parecía luminosa: el acceso abierto a las publicaciones. Con esto, las grandes editoriales científicas prometían que cualquiera podría leer estudios científicos sin barreras económicas. Pero la promesa conlleva un problema oculto del que no sabemos salir: publicar en acceso abierto no es gratis y, en muchos casos, se ha convertido en un negocio altamente rentable para unas pocas editoriales.
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