Temible en el campo de batalla, torpe con los poderosos y siempre indómito, Rodrigo Díaz de Vivar recorrió miles de kilómetros a lomos de Babieca peleando, saqueando o escapando hacia el destierro. Ahora, diez siglos después de sus andanzas, se puede recorrer la ruta que el Campeador transitó durante su vida, llena de aventura y también de leyenda.
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El mercenario favorito de los cristofascistas.