Hace 7 años | Por ccguy a labrujulaverde.com
Publicado hace 7 años por ccguy a labrujulaverde.com

Resulta casi desconocida la tensión histórica que mantuvieron los imperios ruso y chino por delimitar su frontera común, algo que no solventaron -o, al menos, encauzaron- hasta el verano de 1689 por el llamado Tratado de Nérchinsk. Pero menos conocido aún es el hecho, anécdotico y curioso, de que dos sacerdotes jesuitas fueron fundamentales para conseguir un acuerdo entre ambos gigantes. Situémonos en la época, a mediados del siglo XVII, para entender mejor aquel singular proceso.